Por amor al arte

La primera clase de este nuevo semestre es la más importante para cualquier arquitecto durante su estudio de la arquitectura. Ya sea que le llamen composición, proyectos o algún otro nombre a fin, esta materia nos va forjando a nosotros los diamantes en bruto en joyas carísimas en una tienda en París. A lo que voy, no podía simplemente pasar desapercibida esta clase. Y, sinceramente, de ella depende el valor del periodo completo ya que ninguna materia importa más, si esta materia es mala, todas las demás también lo son. Por suerte para mí me tocó una maestra que sabe hablar apasionadamente de la arquitectura y de sus teorías.

A todo esto, nos pidió hacer una investigación sobre algunas simples palabras que usadas en un mismo enunciado pueden formar una de las mejores frases para describir la arquitectura: paradigma, concepto, boceto, esbozo y metodología. Y como yo suelo hacer todos mis proyectos como si fueran entradas de un blog estoy convirtiendo esta investigación en exactamente eso: una entrada en un blog. Así que, empecemos:

¿Qué es un paradigma? Según los autores de la revista Paradigma, un paradigma es un conjunto de compromisos compartidos dentro de los cuales yacen supuestos que permiten crear un marco conceptual a partir del cual se le da cierto sentido y significado al mundo. Traducción: un paradigma es un suceso que afecta el sentido y significado de absolutamente todo lo que nos rodea. Analicemos. ¿Qué tiene que ver esto con la arquitectura? Sencillo: basándonos en paradigmas podemos llegar a encontrar símbolos dentro del ámbito arquitectónico que nos van guiando paso por paso a una buena aportación estructural para la sociedad. Así como los científicos parten de teorías que en este caso podemos darnos el lujo de llamar paradigmas, el arquitecto también parte de una idea ya pensada y elaborada que no necesariamente tiene que mantenerse intacta: los paradigmas también pueden ser modificados y moldear la forma en que se realiza algo. Ahora que ya tenemos un paradigma podemos pensar en los conceptos que se pueden derivar de éste. Para poder continuar definamos la palabra concepto: un concepto es, muy vagamente, una idea de la cual se puede fundamentar una propuesta. O, sea, ¿cómo una teoría? Algo así. La definición denotativa de la palabra concepto, tal como lo dice la Real Academia Española, es idea que concibe o forma el entendimiento. Por ejemplo, el concepto “casa-habitación” de la cual parten una serie de ideas para empezar a diseñar y poder bocetar, que es una de las cosas que los artistas en general más anhelamos hacer. El acto de hacer un boceto es más o menos como tomar un mapa y trazar una línea y de ahí partir a un viaje desconocido. Realmente, sabemos a dónde queremos llegar pero no tenemos mucha idea ni de cómo vamos a llegar ni de cómo va a ser el camino; el boceto es sólo el punto de partida. Y el esbozo, al parecer, es algo similar: un esquema sin detalles que representa una idea principal. Para más información sobre bocetos sumamente esquemáticos, consultar en su herramienta de búsqueda en línea preferida: sketches de Frank Gehry. No se van a arrepentir.

Y ya, para finalizar, tenemos una metodología basada en todo nuestro estudio previo. Ya sabemos qué es lo que está establecido, tenemos nuestras teorías, nuestras ideas esquemáticas y ahora sólo falta el proceso o los pasos a seguir. Nos hace falta una metodología. Pero no hay problema, la establecemos. Primero que nada, ¿qué es una metodología? Teóricamente, es un conjunto de métodos que se siguen en una investigación científica o en una exposición doctrinal. Básicamente, lo que había mencionado antes: pasos a seguir.

Ahora sí, ponentes, ya definimos. ¿Qué vamos a hacer al respecto? La arquitectura no se crea sola y tampoco solamente se da por obra de un dios creativo dentro de nuestra mente artística. Es un arduo trabajo lleno de investigación, síntesis y análisis; que es justo lo que acabamos de hacer. Ahora sí podemos empezar a trabajar. Y lo que viene es todavía más complejo pero vale la pena. Por amor al arte siempre vale la pena.